El QUIJOTE se ha traducido a todos los idiomas; pero faltaba traducirlo al idioma universal, al símbolo. Este es, pues, el libro que se presenta al público: su autor, fue el artista sevillano D. Pedro Lazo de la Vega, que floreció en Sevilla por el 1780. Oran admirador de Cervantes, quiso representar en forma gráfica la visión grandiosa del QUIJOTE. Después de todo, pensó, Cervantes ha retratado con ideas un estado social…, yo quiero dar plasticidad y vida a estas ideas, convertirlas en imágenes, en símbolos…, quiero darle cuerpo a esa alma… Y puso manos a la obra, grabando en papel las escenas principales del QUIJOTE. Reunidos los grabados forman un libro que no tiene letras ni palabras; pero tiene ideas, y la idea es universal, infinita y eterna, porque es natural. En él pueden leer los que no saben leer, entenderán los que no entienden el idioma de Cervantes: es una obra gráfica, simbólica. Y ¿qué es el símbolo? La escritura del pasado y, acaso, también del porvenir.
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