Gracias a la favorable acogida del público, alcanza esta obra su tercera edición en poco más de ocho años, agotada hace más de uno, la segunda. Ello nos ha estimulado a poner al día casi todos sus capítulos, correspondiendo así a la confianza que los lectores han puesto en ella. En la línea de simplificación de la ortografía, a la que debemos tender todos con objeto de hacerla más fácil, en esta edición se prescinde de las tildes en los pronombres este, ese, aquel, con sus femeninos y plurales, y en el adverbio solo (= solamente). Por supuesto, no se trata de una postura aislada, pues antes lo han hecho otros autores (por ejemplo, José Polo), incluida la Academia en su Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, donde todas esas palabras aparecen sistemáticamente sin tilde. Es decir, que el lector se hallará, en sus textos, con el cumplimiento de las “nuevas normas” promulgadas por la propia Academia en 1959. En esta edición se han introducido muchas rectificaciones y aclaraciones. Por ejemplo, unas reglas para la escritura de siglas (p. 26) y símbolos (p. 35), consideraciones previas para la aplicación del acento en castellano (p. 41), nuevas voces biacentuales admitidas por el uso (p. 55), normas para la formación del plural (p. 284), etc. Al propio tiempo, se han incluido aclaraciones a muchas reglas de los respectivos capítulos, especialmente en aspectos que resultan opinables, y se han completado las listas de voces que lo requerían.
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