Los atlas de dermatología fueron en el siglo XIX y principios del XX la única forma de poder estudiar la dermatología, la cual no existía como especialidad y era estudiada durante escaso tiempo en patología quirúrgica por profesores no dermatólogos, y por lo general sin ver enfermos. Este álbum consta de 168 láminas que aparecen en formas de entregas y a un precio muy elevado. Olavide representa casos concretos de enfermedades de la piel, en la que se describe la historia clínica del paciente dando todo tipo de detalles sobre ellos mismos, incluso de su vida personal o circunstancias sociales.
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