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Contiene: por la señal de la cruz, los diez mandamientos, padre nuestro, creo en Dios Padre, yo pecador, señor mio Jesucristo, Salve, Santa misión Quipa, Santo Rosario, misterios gozosos, letanias, canticos
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El Seyri Caran conquista el Reino de Quito. Extensión de su línea masculina y advenimiento de la dinastía de los Duchicelas. Reinados de Autachi, Hualcopo y Cacha.—Conquista de Quito por el Inca Huaina-Capac.
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Con el fin de facilitar á los niños de las escuelas el estudio de la geografía nacional y de procurar que se conozca mejor el país, sin los muchos errores que, en la parte relativa al Ecuador, se han deslizado en las geografías y mapas que circulan con profusión en el extranjero, he determinado formar un pequeño Atlas, sirviéndome de base la mejor carta geográfica que ha tenido el Ecuador en estos últimos tiempos, que es la del Dr. Teodoro Wolf, mandada publicar por orden del Supremo Gobierno en 1892, pero como fué hecha con una escala relativamente grande consultando la exactitud, resultó un mapa mural magnífico como obra de consulta, pero no adecuado para los escolares y viajeros que siempre desean tener los mapas de pequeñas dimensiones. En cuanto al texto ilustrativo de dicho Atlas, me he ceñido estrictamente á los datos suministrados por el mismo Dr. Wolf y por documentos oficiales de últimas fechas. Con la grata esperanza de que con esa publicación lleno una necesidad que se ha hecho sentir en el país por mucho tiempo, ruego al Señor Ministro se sirva concederme el permiso para copiar dicho Mapa Geográfico, que es de propiedad del Estado.
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Seguido de la traducción del ensayo de Heidegger. El origen de la obra de arte, y del vocabulario filosófico de Heidegger
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Destacado músico cuencano nacido por el año 1847. El hecho de haber quedado huérfano desde temprana edad marcó una profunda huella de tristeza en el alma del niño, que solo pudo ser distraída por la sublime atracción que sentía por la música, por lo que diariamente acudía al viejo piano que, adormecido en un rincón de su casa, se convirtió en su confidente y amigo.
Poco a poco aprendió, en la soledad de su tristeza, a interpretar en el piano, con sensible dulzura, bellas melodías y sentidas notas del folklore nacional; y posteriormente, cuando su habilidad y talento se desarrollaron hasta casi alcanzar la perfección, interpretó también las obras clásicas de los grandes maestros.
Parecía como si el destino se hubiera ensañado con él, pues luego de haber vivido una infancia triste, en las dos ocasiones que buscó la compañía de una esposa para formar un hogar, sufrió el inmenso dolor de perderlas por causa de la muerte.
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Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 – París, Francia, 17 de enero de 1889) fue un ensayista y novelista ecuatoriano. Su pensamiento liberal estaba fuertemente marcado por el anticlericalismo y la oposición a los presidentes Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla. Luego de la publicación de la revista El Cosmopolita, en la que criticaba a la presidencia de García Moreno, Montalvo viajó a Colombia, donde escribió gran parte del resto de su obra. Uno de sus libros más conocidos es Las Catilinarias, publicado en 1880. Entre sus ensayos destacan Siete tratados (1882) y (póstumo, 1902). También escribió una secuela de Don Quijote de la Mancha, llamada Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Admirado por escritores, ensayistas, intelectuales de la talla de Jorge Luis Borges, Miguel de Unamuno. Murió a causa de una pleuresía en París. Su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo en su ciudad natal, Ambato.
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En el artículo anterior «Influencias centro-americanas» he tratado de probar que los principios de las civilizaciones americanas expuestos en la civilización arcaica mexicana eran debidos, en su mayor parte, a los Mayas, y no a los Nahuas, obteniendo así una extensa base para descubrir la influencia de la civilización maya en varios períodos y en diversas regiones. Las influencias mayas conocidas en Centro-América alcanzaban basta los Cborotegas, al Sur del lago de Nicaragua, en Costa Rica. En Salvador eran bastante grandes, como H. J. Spinden mismo ha probado (Notes on the Arelieology of Salvador: American Anthropologist, 1915, vol. 17, pág. 459 y sig.). Efectos locales de la civilización maya en Nicaragua eran los que Spinden deja dudosos entre efectos del arte nahua y del de los Mayas; las esculturas de piedra de la isla Zapatero, que clasifica como «esculturas de tribus nahuas», y la escultura encontrada en el río Cholulteca, cuya presencia en ese lugar atribuye al comercio (Spinden, A Study of Maya A r t , Cambridge 1913, pág. 210). También entre los Cborotegas el arto maya tuvo una vez una época más grande que la indicada por las figuras 59 a 66 de la obra de Spinden, Ancient Civilizations of México and Central America, New York 1917, pág. 166—172, comparo W. Lehmaun, Die Arcliaeologie Oostaricas, Naornberg 1913, pág. 86 y sig. con figura 20. Las influencias conocidas ya en Centro-América alcanzan basta Panamá (vea Spinden, 1. C.) , aunque hasta ahora en forma muy débil. Todo eso, al menos, nos hace comprender mejor cómo era posible que las civilizaciones mayas invadieran por tres veces la Costa del Perú, asentando allá firmemente sus reales e iniciando un desarrollo que duró por m i l quinientos años, mientras otros vestigios de colonias de las civilizaciones mayas se encuentran aparentemente en la región do Esmeraldas y más al Norte.
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Tabhauira, quof fortune calculus mundi di gubernaculis admouit,'Federice, dc Georgi ducum incorruptibími baud exegerim anxiam, atque exaclm fcholaflica rum difciplinarum cognitionem, in quibus Confenuerint, eos feré fenfu etiam communica rere uidemus, tabtum abeft, ut tractandisrerum. Habenis fint idonei: ita eubementer ab iftis diffentio, qui reges prorfus ab omnilibrorum comercio ceu re noxia, ablegant, périnde quafi hoc demunueré regimen fitm nihil omnino uel fcire, uel agree, preter alea, eunatus, morio.
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¿Sabéis lo que significa la gama de emociones del alpinismo? Sorprender el estallido de una aurora en el vértice de la montaña sagrada; sentir el mordisco de oro del cenit sobre la pulpa verde de la falda cordillerana; comulgar la eucaristía del plenilunio en el altar de las nieves perpetuas; ver como la erranza del ocaso prende su hoguera en la cumbre más alta; escuchar la vibración de hélices aviónicas que dice un vuelo de águilas. Y mil sensaciones más de magnitud, de panteísmo, de ópera formidable Pues, en esta ocasión nos sentimos también alpinistas espirituales. Como que vamos a ascender al monte augusto de un prestigio literario americanista; como que vamos a acercarnos al azul simbólico subiendo al macizo cordillerano de una obra mental erguida a muchos miles de metros sobre el nivel común. Ante el nombre de Remigio Crespo Toral que rotula una gran ringlera de volúmenes, uno se encuentra como frente a un pico andino orlado de nieve, empenachado de sol y enredado en vellones de nubes. Le conocemos al Maestro personalmente; nos hemos adentrado en el complejo de su sicología; le hemos visto deambular así en las calles de la ciudad como en los caminos del espíritu; hemos deletreado una a una sus particularidades y gestos característicamente geniales; de ahí que nos atrevemos a decir que sí llegaremos a interpretar su producción y a descifrar las mil modalidades de su labor polícroma. Y en verdad que se trata de un titán del pensamiento y de un cíclope del arte. Monumental la obra de este infatigable constructor, tal como si admiráramos un rascacielos que a la vez fuera un Louvre de exhibiciones supremas y museos políglotas. El eje máximo alrededor del cual ha rotado toda la obra de Crespo Toral es indudablemente su armonía con el centro de gravedad del mundo moral.
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Conferencia radiodifundida en la Hora Nacional por la Estación H.C.J.B.
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Contestación a la replica del Doctor A. Muñoz Vernaza. Para enaltecer los motivos de su "Réplica," principia el Doctor M. Vernaza para recordar la declaración con que terminó las observaciones contenidas en su "Examen Crítico," que fue el siguiente: "declaramos QUE NO CONTESTAREMOS SINO Á LOS ESCRITORES QUE PROCEDAN CON EL DECORO Y MIRAMIENTOS Á QUE SON ACREEDORES, TANTO LA MATERIA DE LA CONTROVERSIA, COMO LA OPINIÓN PÚBLICA Y EL PROPIO RESPETO. Continúa luego en estos términos: "Aunque el Doctor Casares.
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Empastado con los siguientes folletos: Ley del régimen municipal. Cuenca: Imprenta de la Universidad, 1893.— Ley de régimen municipal. Reimpresa en Cuenca, 1885.— Leyes orgánicas del poder judicial, participación de hatos y timbres. Cuenca: Impreso por José Miguel Prieto, 1884.-Cartas políticas. Primera carta.— Segunda carta de un proscrito a D. José M.P. Caamaño, presidente de la República del Ecuador. Santiago de Chile: Imprenta de El Progreso, 1888
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Dedicatoria del autor “Al distinguido orador y eminente jurisconsulto Dr. don Juan Bautista Vázquez, Su leal amigo— el autor”.
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Empastado con los siguientes folletos: Ley del régimen municipal. Cuenca: Imprenta de la Universidad, 1893.- Ley de régimen municipal. Reimpresa en Cuenca, 1885.— Leyes orgánicas del poder judicial, participación de hatos y timbres. Cuenca: Impreso por José Miguel Prieto, 1884.-Cartas políticas. Primera carta.— Segunda carta de un proscrito a D. José M.P. Caamaño, presidente de la República del Ecuador.
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La Enciclopedia multitemática Bouasse-Lebel está escrita en francés y fue editada en París en 1854. Se destaca por su gran tamaño y su extraordinario contenido compuesto por hojas con gráficos detallados, en los que se destaca el uso de tecnologías innovadoras de impresión, particularmente de la cromolitografía en la producción de sus mapas, escudos y otros elementos, así como de las imágenes religiosas que conforman el documento. Cabe destacar que la técnica de la cromolitografía consiste en estampar sucesivamente imágenes de diferentes colores usando piedras previamente grabadas, cada una representando un color diferente. Esta enciclopedia fue elaborada por la Imprenta Bouasse–Lebel que fue fundada en París en 1845 y se destacó particularmente por su devoción e impresión de arte religioso, su fundadora fue Eulalie Bouasse, quien era hija única del dueño de la imprenta Jacques-Auguste Lebel. La imprenta estaba ubicada en la Calle Petit Bourbon, cerca del barrio de Saint Sulpice, en París en el Centro de la industria de la prensa religiosa en la Francia post-revolucionaria, solo en 1850 comienza a realizar el depósito legal de sus obras. El hijo mayor de Eulalia, Enrique se hizo cargo de la empresa en 1852 y más tarde, en 1867, el otro hijo más joven, Emile fundó una empresa de la competencia, Bouasse-Jeune. Bouasse-Lebel detuvo su producción en 1960. Entre algunos de los contenidos significativos de esta obra destacan los escudos, bandera, monedas y billetes de todos los países, la representación de las principales obras arquitectónicas del mundo, los tipos de aves, animales e insectos, etc. Etc.
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Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 - Madrid, 28 de marzo de 1626), cronista, historiador y escritor del Siglo de Oro español, autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas y considerada una de las mejores obras escritas sobre la conquista de América. Fue Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”. Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias.
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Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 - Madrid, 28 de marzo de 1626), cronista, historiador y escritor del Siglo de Oro español, autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas y considerada una de las mejores obras escritas sobre la conquista de América. Fue Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”. Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias.
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Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 - Madrid, 28 de marzo de 1626), cronista, historiador y escritor del Siglo de Oro español, autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas y considerada una de las mejores obras escritas sobre la conquista de América. Fue Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”. Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias
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Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 - Madrid, 28 de marzo de 1626), cronista, historiador y escritor del Siglo de Oro español, autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas y considerada una de las mejores obras escritas sobre la conquista de América. Fue Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”. Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias.
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Las primeras manifestaciones que en Cuenca hace el espíritu de independencia son consecuencia del estudio, en unos, de la reflexión, en otros, y del contagio de imitación en los demás, si bien en todos acusa una ansia nobilísima “de mejoramiento. Tratase de un hecho inevitable, previsto por los mismos políticos y publicistas peninsulares que con clarividencia estudian el problema, intrincado y complejo, que a fines del siglo XVIII presenta España en relación con sus colonias de América. En vano, los Monarcas tratan de impedir la circulación de libros en los que la flámula revolucionaria ondea en cada página. En vano, intentase reprimir con el argumento estulto de la fuerza los primeros conatos—disimulados, al principio; más francos, después—que estallan incontenibles. Es no solo el ejemplo dado por los hermanos mayores del continente; no solo la propaganda tenaz realizada por hombres consagrados a un apostolado de verdad, como el egregio Miranda; no solo la expoliación ejercida por gobernantes despóticos y autoridades subalternas que, infatuados de orgullo, buscan lucro donde debieran ejercitar justicia o abrir el ojo vigilante del buen administrador. Es todo eso; pero también es que las ansias reprimidas estallan, que la esperanza se abre a sazón en la conciencia de los americanos, que por razón del tiempo y al influjo bienhechor de la cultura, que tarda, pero llega, a todo pueblo han amanecido, al fin, a la plena efectividad de los derechos a que está llamado el hombre, que ciertamente, no es tal mientras no sea libre.
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He leído su interesante y meditado trabajo aquí en esta peregrina playa marinera y donde, recatado del ajetreo urbano de Buenos Aires, la limpieza del cielo, el vivificante iodo del mar y el destello del sol irisado de belleza, prestan a las cosas, la transparencia de su origen divino. Con frecuencia visito el vecino pueblo de Maldonado, que rehiela en la atmósfera — por no sé que extraño prestigio el recuerdo de las incursiones Lusitanas en el Río de la Plata. Hoy, de regreso de una de esas excursiones, ya cuando todo se encendía con el tono flavo de una paleta sobrehumana, discurría sobre nuestro tema favorito, y al volver la vista hacia la evocadora Colonia, como requiriendo su consejo: emergió por entre los estirados troncos y el verde profundo de los pinos resinosos el cimborio policromo de la iglesia, con el elocuente refulgir de sus vidriados azulejos; y luego, la huraña y sencilla «torre del vigía»; y todo ello, golpeando a las puertas de la emoción, dibujó, ante mis ojos la razón estética de nuestros artísticos afanes. La influencia hispana trajo a las sementeras autóctonas de milenario origen — la más robusta de las síntesis: orientalismo y occidentalismo que cuajaron en el Románico primitivo, en el Mozárabe, en el Mudejar, en el Plateresco y en última instancia en el Barroco, trasunto o reacción final de aquellos estilos nacionales ¡de España. Ellos, a su vez, cimentaron los dispersos arcaísmos de la América, arcana de nuestra civilización. Por donde, España y América ofrecernos un abundoso léxico de arquitectura intuitiva, que llega hasta nosotros, como una lengua viva, exenta de cánones académicos, de formulismos y con la puericia que cuadra a nuestras esperanzas. Tengo para mí, que la arquitectura, como la música o la poesía, nace y prospera al amparo de la riqueza étnica, de la belleza del alma y naturaleza de un pueblo. Más, es ya tiempo que entremos a comentar el concepto particular de su libro, pues, encara Vd. en él una nueva faz en la marcha de nuestros estudios «arquitectónico-arqueológicos».
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La historia de la iglesia católica en la república del Ecuador puede considerarse dividida en dos épocas notables: la primera comprende ese largo espacio de tiempo, durante el cual la Iglesia, así como la nación, estuvo bajo el gobierno de los Reyes de España: la segunda abraza el tiempo trascurrido desde que se proclamó entre nosotros el gobierno republicano hasta nuestros días. En ninguna nación, y mucho menos en la nuestra, puede separarse jamás la historia eclesiástica de la civil hasta el punto de hacerlas enteramente independientes una de otra. Cada una de esas dos grandes épocas se subdivide en diversos períodos. La primera comprende los períodos siguientes. El descubrimiento y la Conquista. Entonces los sacerdotes vienen en compañía de los conquistadores; estos en busca de riquezas, aquellos movidos del amor sobrenatural de la* almas: el conquistador llega armado de la espada, en nombre de la fuerza y del terror; el sacerdote se presenta trayendo en sus manos la cruz, símbolo de paz y de persuasión. La construcción del templo católico anuncia que para el español y para el indio no hay más que un fin, uno y el mismo destino eterno: la fundación del municipio significa que el vencedor ha trasladado su hogar al medio de los vencidos. Fundidas varias poblaciones y pacificada la tierra, los Españoles se ocupan en edificar; conquistadores, demolían; colonos, edifican. La venida y establecimiento de las Órdenes religiosas, la fundación del Seminario, de Colegios y Universidades, Ja construcción de templos suntuosos, la fundación de hospitales, y el establecimiento y adelanto de las misiones hacen del segundo período de nuestra historia el más notable de todos: aquel fue como nuestro tiempo heroico, pues fue la época de los santos. ¡Qué Obispos los que entonces vinieron! ¡Cuánto celo del bien de las almas!… No obstante, ya desde el mismo tercer período principia la decadencia de la Iglesia entre nosotros. El espíritu evangélico desmaya; el fervor languidece; ya hay un Obispo que jamás visita su diócesis; el clero regular allega riquezas cuantiosas; los clérigos andan en busca de honras y comodidades, y tanto estos como los regulares hacen ya más aprecio de ser eruditos que de ser santos. La expulsión de los Padres de la Compañía de Jesús arruina y hace desaparecer las misiones. El cuarto período es de verdadera transición.
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Plumas maestras, galanas—la de Manuel J. Calle, la de Honorato Vázquez, han trazado ya la figura literaria de Remigio Crespo Toral. Acaso, nada resta por decirse. Más, al comprender que cada uno tiene su conocimiento de los hombres, me dediqué a escribir este somero estudio biográfico. Si me he equivocado en él, no importa; rectifíqueseme; empréndale la biografía completa y definitiva de Crespo. Así, este ensayo llegará a ser prolífico. Y he emprendido este trabajo en el afán de despertar curiosidad por la obra de un prosador y poeta desconocido por propios y extraños. En el nativo solar, se lo admira; pero no se le conoce ni se le comprende… como dice Pérez Petit al hablar de Rodó. A los de afuera casi no les ha llegado ni la prosa ni el poema de Crespo. Cuando más allá de los lindes patrios se revisa la literatura ecuatoriana, no se recuerda siquiera el nombre de este Poeta. Luis Alberto Sánchez, uno de los críticos más documentados de América, en su HISTORIA DE LA LITERATURA AMERICANA, si lo menta a Crespo, es solo para decir que es un “prestigio oficial”.
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Sobremanera prodigiosa y sorprendente es el desarrollo de la literatura y las ciencias en el día; la prensa, esa infatigable guerrera; la prensa, esa infatigable guerrera del progreso, en la lucha incesante en que batalla, ha levantado el brazo, y como otro Josué, ha detenido, en el zenit, el sol esplendoroso de la civilización, que alienta y vivifica' a los pueblos. El sublime invento de (Gutemberg, esa diminuta maquinilla eléctrica del pensamiento, se ha convertido en un surtidor de luz para el mundo, y ved aquí, saliendo de entre dos pequeñas planchas de hierro, esos entes de ideas, que atraviesan deslumbrantes por la atmósfera, reventando a su caída, los juegos chinescos, en los variados colores del arcoíris. Siglo de las luces, ha dado en llamarse el nuestro, y a fe que no le falta razón instante se desborda sobre la faz de la tierra. Una inundación de innumerables y variadísima publicación. ¡Qué hermoso y magnífico es el espectáculo que ofrece la naturaleza en una despejada noche de verano!
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El QUIJOTE se ha traducido a todos los idiomas; pero faltaba traducirlo al idioma universal, al símbolo. Este es, pues, el libro que se presenta al público: su autor, fue el artista sevillano D. Pedro Lazo de la Vega, que floreció en Sevilla por el 1780. Oran admirador de Cervantes, quiso representar en forma gráfica la visión grandiosa del QUIJOTE. Después de todo, pensó, Cervantes ha retratado con ideas un estado social…, yo quiero dar plasticidad y vida a estas ideas, convertirlas en imágenes, en símbolos…, quiero darle cuerpo a esa alma… Y puso manos a la obra, grabando en papel las escenas principales del QUIJOTE. Reunidos los grabados forman un libro que no tiene letras ni palabras; pero tiene ideas, y la idea es universal, infinita y eterna, porque es natural. En él pueden leer los que no saben leer, entenderán los que no entienden el idioma de Cervantes: es una obra gráfica, simbólica. Y ¿qué es el símbolo? La escritura del pasado y, acaso, también del porvenir.