Tengo sobre la mesa de mi despacho un libro: Se titula así: "La Filosofía Alemana". Y lleva este subtítulo, un tanto desconcertante y enigmático: "Prolegómenos para la superación de la Filosofía". Acabo de escribir que tengo sobre la mesa de trabajo un libro. En realidad, el libro en cuestión son cuatro, cuatro grandes tomos. Como los números a veces dicen más que decenas y cientos de palabras, digamos y precisemos que el número de páginas de cada uno de estos cuatro tomos es el siguiente: el tomo primero tiene 303; el segundo, 321; el tercero, 389; el cuarto, 396. En total, la friolera de 1409 páginas. Y eso no es todo. Porque hay que añadir, para dar una idea de la magnitud cuantitativa de la obra, que cada una de esas 1409 páginas del libro que, por su volumen, angustia, impresiona y atemoriza a quienquiera que, por afición a la temática, pretenda leerlo, son de 31 por 21centímetros, frente a los 17 por 11 de un libro de bolsillo corriente. Esto quiere decir que, de haberse publicado en una edición de este último tipo, hubieran sido necesarios, no cuatro, sino ocho tomos y que las páginas habrían aumentado de 1409 al doble, esto es, a 2818. Por su magnitud, repito, el libro asombra y más aún teniendo en cuenta su contenido. Nada más ni nada menos que filosófico.
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