Según las instrucciones del Supremo Gobierno, que he recibido juntamente con el nombramiento de Geólogo de Estado, mi ocupación principal debía ser el estudio de las minas y minerales útiles de las diferentes provincias, que componen esta República, y dar mis respectivos informes. Desde luego me propuse aceptar esta orden en su sentido más lato y estudiar la geología del país, provincia por provincia, aun de las partes, que solamente para la ciencia son interesantes, y no brindan directamente utilidades prácticas. Igualmente, comencé a trazar los mapas geológicos de las regiones recorridas. Este último trabajo hizo necesarios los estudios topográficos, como base indispensable de los geognósticos, y así nacieron también algunas cartas geográficas al lado de las geológicas. No quise mezclar las observaciones sobre la geografía, botánica y otras cosas interesantes, con las sobre la geología, y las he depositado en un “Itinerario” que precede a la descripción geognóstica.
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