Mis grandes deseos han sido siempre los de conocer ampliamente el territorio ecuatoriano, para luego describirlo de acuerdo con las observaciones de la propia realidad. Y, con este propósito, desde la cátedra universitaria que he venido ejerciendo, me he dado las facilidades necesarias para poder excursionar mi país: ya a un lugar, ya a otro; por las proximidades de la Capital, o lejos de ella; ya por una provincia, o por otra; ya por la Sierra, o por la Costa, etc. Siempre he tenido en cuenta que las excursiones bien organizadas enseñan mucho de bueno y más todavía, a una persona que tiene entusiasmo o fanatismo por esta clase de actividades para luego divulgar los conocimientos en favor de la Ciencia Nacional. Desde 1.934 había proyectado excursionar las provincias de Esmeraldas y Manabí por una parte; las provincias de Loja y El Oro por otra; las costas secas de la provincia del Guayas, principalmente la Península de Santa Elena y la isla de Puna, posteriormente. De esta última parte conozco poco, pues me falta el estudio de la isla Puna y el reconocimiento del triángulo vegetativo de la sección seca de la Península, Quiera Dios que lo realice muy pronto.
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